Durante más de tres décadas, Shigeru Miyamoto ha llevado a incontables apasionados por los videojuegos del mundo real al Reino Champinón a través de la saga de Super Mario Bros. y, en el proceso, le ha dibujado a pequeños, grandes y mayores una enorme sonrisa. Pero hay una excepción muy, muy especial: nada menos que la mujer de Takashi Tezuka. Ella está literalmente en el juego. Bueno, y quizás ella también se ríe, pero si lo hace es por motivos muy diferentes. Digamos que hay una historia detrás.
Tezuka no debería necesitar ningún tipo de presentación: es una leyenda dentro y fuera de Nintendo. Puede que consideremos a Miyamoto el padre de Mario y Link, pero sin Tezuka no existirían las sagas de Super Mario Bros. ni de The Legend of Zelda tal y como las conocemos. Y pese a que sus personalidades son algo diferentes, es incuestionable que hay una química muy especial entre ambos que se plasma de maravilla en todos los juegos de Nintendo.
Sobre todo, cuando ambos genios se ponen de acuerdo para convertir a la mujer de Tezuka en un enemigo recurrente de Mario, Luigi, Peach y el resto de superestrellas de Nintendo: nada menos que el fantasma Boo. O, como se lo conoce en Japón, a テレサ, lo cual se pronuncia como Teresa. ¿De qué va todo esto?
La pista detrás del pintoresco homenaje de Miyamoto y Tezuka a la mujer de este último no tiene que ver con los Yokai, con los espíritus ni nada de eso. Lo que pasa es que al perder su nombre original en occidente, también se pierde la gracia: si descomponemos la palabra nos topamos con que la primera parte [Tere-Ya] viene a significar algo así como una persona extremadamente tímida. Lo cual se refleja en la predisposición de Boo cuando lo estamos mirando y, a la vez, el carácter de la homenajeada.
Si es tan tímida, ¿cómo acabó siendo un villano recurrente en el universo de Mario? Bueno, porque la mujer de Tezuka, a veces, también tiene su propio temperamento. Algo habrán hecho ellos dos para que esto suceda.
“Su mujer es muy tranquila normalmente, pero un día estalló…”
El debut de Boo (o Teresa) tuvo lugar en Super Mario Bros. 3 en NES. Si lo miramos fijamente, es un enemigo extremadamente tímido. Pero cuando nos damos la vuelta es una fiera que se abalanza sobre nosotros sin piedad. Siendo esa misma dualidad de personalidades lo que Miyamoto tomó prestado de la señora de Tezuka a la hora de crear un nuevo personaje, según detalló a la revista Nintendo Power de enero de 1996 con motivo del lanzamiento de Super Mario 64.
En Super Mario 64, quería incluir más detalles. Las ideas que utilizamos en el juego provienen de la vida real, pero puede que no lo parezca. En el proceso de incluir una idea en un juego, muchas veces la cambiamos muchas veces antes de llegar a la versión final.
Por ejemplo, durante el desarrollo de Super Mario 64, el Sr. Tezuka tuvo la idea de incluir a su esposa en el juego. Su mujer es muy tranquila normalmente, pero un día estalló, enloquecida por todo el tiempo que pasaba en el trabajo. En el juego, ahora hay un personaje que se encoge cuando Mario lo mira, pero cuando Mario se aleja, se vuelve grande y amenazante. Esta es la imagen que recibió de su esposa y pensamos que sería genial en el juego.
Miyamoto tiene un don muy especial: sabe plasmar los elementos del mundo real en los videojuegos y lograr que sean increíblemente fascinantes y entretenidos. The Legend of Zelda nació de sus recuerdos al explorar los montes durante su niñez, y el milagro de ofrecer sensación 3D en Star Fox se debe a sus paseos por el templo cercano a las oficinas de Nintendo. Aunque, claro, no todos los días se tiene la oportunidad de convertir a la mujer de tu amigo en un enemigo tan icónico.
A partir de aquí la pregunta se hace sola: ¿La homenajeada pilló aquella indirecta tan directa? Bueno, en la misma conversación con la revista el propio Tezuka da la respuesta.
Ella lo sabe (riendo y encogiéndose de hombros).
Eso sí, sobra decir que Takashi Tezuka quiere muchísimo a su mujer. Tanto que, mientras que Miyamoto suele vestir con divertidas camisetas inspiradas en sus personajes, se le ha llegado a ver llevando algún detalle de Boo cuando habla de sus juegos a lo largo y ancho del mundo. Y, sin ir más lejos, en el vídeo anterior la lleva en el corazón.
¿Casualidad que se vista así? En absoluto. Cuando Miyamoto y Tezuka se ponen de acuerdo es que siempre existe una divertidísima razón detrás. Sus caras de niños traviesos, por muchos años que pasen, siempre los han delatado.
