Bien sabemos que un caparazón azul es inevitable. Mario Kart nos ha enseñado a lo largo de los años que si te toca tan preciado objeto, ya te puedes ir despidiendo de la amistad con tu mejor amigo que va primero en la carrera. Es ley de vida y hay que asumirla. Sin embargo, en Xbox Game Pass me he topado con la situación diametralmente opuesta.
Gang Beasts es la fabulosa apuesta de Boneloaf y Coatsink lanzada en 2017 y que se enmarca dentro de los juegos que podemos disfrutar de fiesta con varios mandos a la vez. Pruebas y desafíos completamente absurdos que nos sacarán una sonrisa, sea cual sea la situación. Lo podéis encontrar en el servicio de Microsoft disponible para Xbox One, Xbox Series X/S y PC.
Con un máximo de ocho jugadores en línea y en local, la idea del título es la de dejarnos controlar a unos simpáticos personajes cuyas físicas son de todo menos firmes. Como si estuviesen hechos de gelatina, no hacen más que gruñar, pero arrean unos ganchos en el mentón que tumban al más pintado. A través de diferentes modos de juego recorreremos las variadas localizaciones de la ciudad de Picadillo.
Y es que los combates son un sinsentido, ya que nos Gang Beasts nos hace combatir en la fachada de un edificio, en la chimenea de una fábrica, en una noria, en un ring de boxeo o hasta en un barco que se hunde y está siendo atacado por una manada de tiburones. Imaginaros el festival de guantazos, personajes siendo eliminados sin compasión y las risas que os echaréis con vuestros amigos.
Eso sí, siempre podéis aliar fuerzas para luchar contra bandas callejeras, las cuales son casi como hordas infinitas. Aprovecha las inconsistentes estructuras de los escenarios para sacar partido y recuerda cómo controlar a la perfección a tu personaje para lograr ventajas clave. Por otro lado, cada uno de nuestros avatares se puede personalizar de diferentes formas, ya sea cambiando los colores o colocando ropas que hace falta mucho valor para llevar encima.